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Un equipo de la Universitat Rovira i Virgili, el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili y el CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) descubrió que un consumo moderado de frutos secos está asociado con mejor función cognitiva y una microbiota intestinal más diversa.
El estudio, publicado en la revista Age and Ageing, analizó a 747 participantes con una edad media de 65 años y con sobrepeso, obesidad o síndrome metabólico durante seis años. Los resultados muestran que quienes comían entre tres y siete raciones semanales de 30 gramos mantenían un mejor desempeño cognitivo en comparación con quienes apenas ingerían frutos secos.
Los investigadores encontraron, además, que una microbiota intestinal más diversa podría favorecer la síntesis de metabolitos que llegan al cerebro y mejoran la función cognitiva.
“Este trabajo es el primero en examinar simultáneamente la relación entre frutos secos, microbiota y cognición de forma prospectiva”, destacó Jiaqi Ni, autora principal del estudio.
Por su parte, el director del proyecto, Jordi Salas-Salvadó, subrayó que los hallazgos no solo confirman los beneficios de estos alimentos, sino que “abren nuevas vías de investigación” sobre cómo la dieta modula la microbiota y repercute en la salud cerebral.
En un contexto de envejecimiento poblacional y aumento de casos de demencia, los científicos concluyen que las intervenciones dietéticas sencillas y accesibles, como incorporar un puñado de frutos secos al día, pueden convertirse en una estrategia efectiva para promover un envejecimiento cognitivo saludable.
Con información de Europa Press